sábado, 14 de diciembre de 2013

PALACIO DE LA DUQUESA DE SUECA


En la línea de nuestras anteriores entradas para conocer un poco mejor los edificios históricos ya desaparecidos, traemos a estas páginas el palacio de la duquesa de Sueca que se encuentra en estos momentos a punto de su desaparición.
El viejo palacio se encuentra en el número 2 de la Plaza del Duque de Alba, una pequeña plaza situada en la calle del mismo nombre. Para los que no conozcan esta calle, simplemente diremos que se encuentra entre la Plaza de Tirso de Molina y el comienzo del Rastro.
Fachada del palacio de la duquesa de Sueca en la plaza del Duque de Alba

En apariencia, cuando observamos la fachada del antiguo palacio, nada nos hace pensar que nos encontramos delante de un edifico histórico que por desgracia se encuentra rodeado por otras edificaciones dentro de  la misma manzana que el Instituto y la Colegiata de San Isidro. Gracias a las vistas aéreas que nos facilita Google podemos contemplar sus dimensiones.
En 1767, Carlos III decreta la expulsión de los jesuitas propietarios de la Iglesia y del Instituto de San Isidro, así como de las huertas aledañas. Para sus ambiciones políticas, Carlos III, necesitaba que el clero estuviese sometido a su mandato, así que aprovechando el llamado Motín de Esquilache, decreta su expulsión. El Instituto de San Isidro deja de funcionar como tal, dividiéndose el conjunto arquitectónico en tres partes: Una parte para viviendas, en otra parte se restituyen los Reales Estudios y la iglesia que forma parte del edificio pasa a denominarse Real Colegiata de San Isidro, al coincidir con la llegada de los restos mortales de San Isidro.
Plano zonal de Pedro Texeira del año 1656

Aprovechando la expropiación de los bienes de los jesuitas, ya en 1791, Carlos IV,  en los terrenos ocupados por las huertas manda construir una escuela para los hijos de los empleados del rey y viviendas para los maestros, el arquitecto encargado de las obras fue Antonio de Abajo, discípulo y colaborador de Juan de Villanueva.
Cambios producidos en la zona según la Maqueta de León Gil de 1830, la estrella nos indica la fachada principal del palacio en la plaza del Duque de Alba

Antes de continuar con la historia del palacio de la duquesa de Sueca, creemos oportuno realizar una breve reseña sobre el arquitecto responsable de las obras del palacio. Antonio Abajo nace en Madrid dedicándose a la arquitectura en la que se formó como autodidacta. Pese a no ser muy conocido, participó en varias de las obras más conocidas de Madrid entre las que destaca, el Hospital General de Madrid donde trabajo a las órdenes  de Pedro Vanvitelli, cuñado de Francesco Sabatini, arquitecto real que diseñó los planos del Hospital. En la poca bibliografía existente, Abajo aparece en el año 1782 como aparejador en las obras del Oratorio del Caballero de Gracia por recomendación del arquitecto Juan de Villanueva, que había diseñado el Oratorio. Es recomendable visitar el edificio religioso que se encuentra  situado entre la Gran Vía y la calle Caballero de Gracia.
Vista aérea del palacio de la duquesa de Sueca según Google

El propio arquitecto Juan de Villanueva, nombró en 1785 a Antonio Abajo como primer ayudante en las obras del  Gabinete de Ciencias Naturales (actual Museo del Prado), mandado construir por Carlos III. Al parecer Antonio Abajo actuó como testigo en la boda secreta de Juan de Villanueva el 26 de Agosto de 1806 con Juana Moraza  que había sido madrina de la boda de su hija. Juana Moraza casada con José Alonso se había quedado viuda unos años antes.
Patio interior del palacio, fotografía del propio Ayuntamiento

Como hemos indicado en párrafos anteriores, será en 1791 cuando Abajo construya la escuela para los hijos de los empleados de la casa real. Pocos años después el conjunto de las edificaciones construidas pasa a ser propiedad como residencia palaciega de la sobrina de Carlos IV, María Teresa de Borbón.
María Teresa de Borbón, era hija del Infante Don Luis de Borbón y Farnesio, hermano de Carlos III y que vivió casi siempre en el exilio. A la muerte de su padre en 1785, María Teresa ingresó en el convento de San Clemente en Toledo. En el año 1797 abandona el convento para casarse en  El Escorial con Manuel Godoy, válido y primer ministro de  Carlos IV. Manuel Godoy entre otros títulos ostentaba el de duque de Sueca y este es el motivo de que el palacio se conociese con el nombre de palacio de la duquesa de Sueca.
Deterioros más que evidentes del palacio de la duquesa de Sueca

María Teresa utilizaba como vivienda habitual su palacio de la plaza del Duque de Alba, aunque mantenía a su nombre el palacio de su padre en Boadilla del Monte.
En 1803, María Teresa hereda el título de condesa de Chinchón y con el mencionado título es inmortalizada por Francisco de Goya.
Los manejos políticos de Godoy en la invasión napoleónica propiciaron la caída del llamado “Príncipe de la Paz” en los hechos conocidos como el “Motín de Aranjuez” en el año 1808.
El palacio de María Teresa sigue con su carácter público, siendo conocido como “Casa de las Temporalidades” aunque nunca dejó de pertenecer a la Casa de Sueca.
Deterioros en la fachada del palacio limitando con el patio del Instituto de San Isidro

Durante el periodo de regencia de María Cristina de Borbón-Dos Sicilias en el año 1835, la Comisión Central de Instrucción Primaria por mandato de la propia Regente, se establece en Madrid una escuela de enseñanza y debido a la grandes dimensiones del antiguo palacio cercano a los 3000 metros cuadrados (algunas fuentes indican que las superficie ocupada por el palacio es de 7000 metros aproximadamente), metros arriba metros abajo, lo cierto es que el palacio es elegido como la “Casa de las Temporalidades” con el fin de acoger a cerca de 300 niños. El resultado no fue el esperado y en 1836 el edificio acogió a la Real Academia de Ciencias Eclesiásticas de San Isidoro.
En el año 1837 el palacio es ocupado por el Colegio de Humanidades fundado por Francisco Serra Basas que se encontraba ubicado en la actual calle de Mesonero Romano y que debido a la falta de espacio se traslada a la Plaza del Duque de Alba.
El colegio incorporado a la Universidad de Alcalá de Henares impartía gran número de materias entre las que destacaremos: Latín,  Metafísica, Gramática, Física, Filosofía, Geografía e Historia, Idiomas, Dibujo y una serie de asignaturas enfocadas a la arquitectura y maquinaría.
Protesta ciudadana delante de palacio, fotografía de ABC

El colegio era un modelo para su época y además las certificaciones abaladas por la Universidad de Alcalá, eran admitidas para otras carreras superiores. El colegio admitía alumnos tanto en régimen interno, externo o como medio-pensionistas, no admitiendo más de veinte alumnos por aula.
En la planta baja del colegio en el año 1846, la Imprenta de Gregorio Salcedo editaba el diario “El Popular” y en el año 1848 pasó a editarse el diario “La España”.
Pero por desgracia todo llega a su fin, y así en el año 1857 cierra el colegio, saliendo a subasta todos sus enseres, para posteriormente arrendarse el conjunto de edificaciones. 
El colegio es arrendado al  Ministerio de Fomento, que en el año 1859, se lo cede al Ministerio de la Gobernación para uso como Cuartel de la Guardia Civil, que ocupó el edificio hasta comienzos del Siglo XX.
Comunicación entre los patios del antiguo palacio

Será aproximadamente en el año 1910, cuando el palacio se transforme para su uso como viviendas, hasta un total de cincuenta y seis.
Mucho se ha escrito sobre el antiguo palacio y el futuro que le espera. En la década de los ochenta del pasado siglo, el antiguo palacio ante la situación de deterioro que presentaba, comenzo a quedarse sin inquilinos, algunos han manifestado que estaban sufriendo acoso para abandonar sus viviendas.
En 1983, el Ayuntamiento pretendió expropiar el inmueble debido al estado de deterioro que presentaba y con la justificación de rehabilitarlo, pero la expropiación queda paralizada y la Inmobiliaria DUCALBA SA,  se hace con la titularidad del edificio en el año 1987 adquiriéndolo a sus propietarios, los descendientes de la duquesa de Sueca. DUCALBA SA, pretendía rehabilitar el edificio para construir viviendas de alquiler. Las obras dieron comienzo pero posteriormente en 1988, el Ayuntamiento paraliza las obras por entender que la licencia de obra solicitada solo permite realizar obras menores y el edificio está catalogado como protegido.
Palacio de Don Luis de Borbón en Boadilla del Monte

Finalmente el Ayuntamiento de Madrid expropia el inmueble en el año 1998 siendo Alcalde José María Álvarez del Manzano. La primera opción del Ayuntamiento tras su expropiación es convertirlo en sede de la Concejalía de Asuntos Sociales.
Con el nombramiento como Alcalde de Madrid de Alberto Ruiz-Gallardón en 2003, el proyecto queda congelado, realizándose un nuevo encargo al arquitecto portugués Álvaro de Siza para  rehabilitar el inmueble y destinarlo a pisos de alquiler para jóvenes. En la planta baja del edificio se ubicarían equipamientos sociales como podían ser una escuela infantil, una escuela de música, o una biblioteca.
Como el edifico disponía de un alto grado de protección no era posible construir más de 60 viviendas, lo que llevó  a Gallardón a paralizar el proyecto.
En el año 2007, un juzgado dio la razón a DUCALBA SA, que había presentado un recurso por la expropiación del edifico. Tanto Ayuntamiento como DUCALBA SA, mantienen un litigio para acordar el precio de la reversión y mientras tanto el edifico sigue deteriorándose gravemente.
En esta situación, el Ayuntamiento se ha visto obligado a realizar obras de apuntalamiento y estabilización, especialmente en la fachada contigua con el patio del Instituto de San Isidro por peligro de derrumbe.
Para finalizar nuestro recorrido por el palacio de la duquesa de Sueca, traemos a estas páginas la historia de la última inquilina del edificio, Doña Carmen, que nació en el inmueble, y era propietaria de uno de los pisos, regalo de Carlos Ruspoli último de los Sueca a sus padres, como reconocimiento por los arreglos que el padre de Doña Carmen realizaba al coche del duque sin cobrar nada por ello.
Todos los inquilinos abandonaron el edificio pero Doña Carmen, permaneció en su vivienda sin agua, sin luz, sin y sin ninguna comodidad hasta su muerte hace pocos años y a punto de llegar a los  90 años.
Supongo, que alguno de vosotros, después de leer estas líneas, se habrá acercado a conocer el antiguo Palacio de Sueca y la decepción seguro que ha sido mayúscula, para apagar las penas, os propongo tomar un vermut en una de las tabernas más antiguas de Madrid. 
En el número 13 de la calle del Mesón de Paredes, se encuentra la La Taberna de Antonio Sánchez que nace en 1884 con una gran vocación taurina que todavía conserva en nuestros días. En su dilatada existencia poco ha cambiado su fisonomía de taberna madrileña. Conserva su mostrador de zinc, las fotografías de antiguos toreros como Frascuelo o Lagartijo adornando las paredes, todavía podemos contemplar las huellas de los autores de la Generación del 98 atraídos por la fama de sus tapas y sus vinos, y como curiosidad sobreviven los carteles que todavía venden las torrijas a quince céntimos o que prohibe escupir en el suelo. Almodóvar eligió este local como escenario para una secuencia de la película "La flor de mi secreto".




        Anteriormente ya había sido una taberna desde 1830. En 1870 pertenecía al torero Colita, luego al diestro Cara Ancha. En 1884 lo compra Antonio Sánchez, entrador de vinos, natural de Valdepeñas, al que sucede su hijo de aficiones: Torero, pintor y guitarrista.
Antonio Sánchez hijo, fue torero entre 1922 y 1929. Amigo de Zuloaga, que estableció una tertulia y que animó al torero a ser pintor. El periodista taurino Antonio Díaz Cañabate escribió en 1947 "Historia de una Taberna", conjunto de estampas costumbristas de aquél Madrid que  ya solo queda en el recuerdo. Falleció Antonio Sánchez en 1964.
 
Interior de la Taberna de Antonio Sánchez
     Es un deleite para los sentidos tomarse un buen chato de Valdepeñas ó de otros puntos de España en este histórico local, sin olvidarnos del vermut de barril.
Pero no nos olvidemos de algunas de alguna de sus recetas más castizas, como los caracoles guisados, la tortilla de San Isidro, los huevos estrellados, el rabo de toro con patatas, el bacalao guisado con huevos y un largo etc. Por último, no podemos dejar de paladear el postre de cuaresma, la torrija, una de las más apreciadas en Madrid.
Desde el año 2007, la Taberna de Antonio Sánchez luce la placa de local centenario del Ayuntamiento de Madrid, colocada en la acera y diseñada por Mingote.
Después de tomarnos unos vinos o el vermut, que mejor que acercarnos a la Calle de San Millán para terminar de apagar la decepción por el estado del Palacio de Sueca.
Quien no ha escuchado la expresión “Si quieres comer bien y barato en San Millán número 4”. En este lugar, junto a la calle Toledo se encuentra el Restaurante Oliveros.
La Taberna Oliveros, se fundó en el año 1857 y se conserva tal y como se construyó. Posee una portada de azulejos del año 1922 obra del ceramista Fidel Blanco donde podemos leer el eslogan de la casa Oliveros: "Para comer bien y barato, San Millán 4".



     Perteneciente a la familia Oliveros, continúan con la tradición y prácticamente la misma cocina de su fundador, destacaremos el famoso  cocido madrileño, los callos, el bacalao rebozado y los postres caseros. En cuanto a su decoración interior, sigue siendo la original con su barra de lebrillo, y azulejos en relieve de la Cartuja de Sevilla.