miércoles, 26 de septiembre de 2012

MUSEO CERRALBO

Paseando por la ciudad de Madrid, nos podemos encontrar con rincones que habitualmente pasan desapercibidos pero que se trata de verdaderas joyas tanto en lo referente al edificio como a su contenido.
Hoy traemos a estas páginas uno de esos rincones que recomendamos su visita a todos los amantes del arte, se trata del Museo Cerralbo, situado en la calle Ventura Rodríguez número 17.


Antes de comenzar la visita, hagamos un poco de historia para conocer algunos pasajes de la vida de su fundador.

Enrique de Aguilera y Gamboa, nace en Madrid en 1845. Comenzó sus estudios en las Escuelas Pías de San Fernando y ya desde niño demostró una gran afición por coleccionar monedas antiguas, para cuya adquisición invertía su pequeña paga.

Ramón Mesonero Romanos en su libro el “Antiguo Madrid” publicado en al año 1861, nos realiza una descripción del Colegio, situado en la calle de Mesón de Paredes en el barrio madrileño de Lavapiés.

“Algo más abajo, en la misma calle, o más bien en una plazuela que se forma delante de él, está el Colegio de San Fernando, a cargo de los padres Escolapios, fundado en 1729, y colocado bajo la protección de la villa de Madrid en 1734, en el cual reciben la instrucción primaria gratuitamente unos 2.000 niños, y además se admiten alumnos internos, que pagan una pensión diaria, y para los cuales hay cátedras de Gramática, Latinidad, Historia, Geografía, Matemáticas, etc. El templo propio de esta casa es uno de los más bellos de Madrid, por su planta, que consiste en una amplia rotonda precedida de un espacio cuadrangular, que hace veces de nave, y cubierta por una hermosa cúpula, que sobresale notablemente entre todas las de Madrid. Fue construido por el hermano Miguel Escribano, y terminado en 1791, y la bella colección de esculturas que decoran sus altares, obras todas de los artistas modernos, llama justamente la atención de los inteligentes.”

Fotografías de los marqueses
Enrique de Aguilera y Gamboa, XVII marqués de Cerralbo, desciende de familias aristocráticas cuyo origen se remonta al siglo XIII. Su familia estuvo emparentada con la Casa de Alba, la Casa de Osuna y la de Medinaceli.

          Hijo de Francisco de Aguilera y Becerril, conde de Villalobos, y de María Luisa de Gamboa y López de León, ocupa el séptimo lugar de trece hermanos.
Fallece su padre en 1867 y Enrique hereda el título de Conde de Villalobos. Pocos años después fallece su abuelo heredando también los títulos de marqués de Cerralbo, Almarza y Campo Fuerte, y de conde de Acudía, Foncalada y Sacro Imperio Romano. Asimismo, hereda de su abuelo, José Aguilera y Contreras, la villa de Cerralbo y el palacio de San Boal en Salamanca, además de una serie de fincas en Aranda de Duero y en los partidos judiciales de Ciudad Rodrigo, Vitigudino y Alba de Tormes. Más tarde incrementará su patrimonio con los palacios de, Santa María de Huerta en Soria y Monroy en Cáceres.
Continuó sus estudios en la Universidad Central de Madrid compaginando sus estudios de Bellas Artes con Derecho y Filosofía y Letras. En 1871 contrajo matrimonio con María Manuela Inocencia Serrano y Cerver, viuda del militar y político Antonio María del Valle.

Pinturas de los marqueses de Cerralbo de Ricardo Balaca y José Soriano Fort
           Con veinticuatro años, ingresó en el partido carlista. En 1872 fue elegido diputado a Cortes por el municipio salmantino de Ledesma. En estos años forjo una gran amistad con el infante Carlos de Borbón y Austria-Este, duque de Madrid, y aspirante al gobierno de España, que llegó a encargarle que organizara una junta de carlistas leales para hacer frente al entonces jefe del partido Cándido Nocedal. En 1885 Enrique de Aguilera fue nombrado senador del reino, y cinco años más tarde el infante Carlos le pidió que fuese su representante en los territorios carlistas. Su actividad en favor de la causa carlista fue tan intensa que le fue concedido el Toisón de Oro.

Fotografía  del partido Tradicionalista año 1913, en el centro el Marques de Cerralbo
         El carlismo se estableció como un movimiento político tradicionalista y legitimista de carácter antiliberal y contrarrevolucionario surgido en España en el siglo XIX que pretendía el establecimiento de una rama alternativa de la dinastía de los Borbones en el trono español, y que en sus orígenes propugnaba la vuelta al Antiguo Régimen.

Los cambios que se producían en España en los inicios del siglo XIX iban apartando aunque no de forma definitiva, a la nobleza de los puestos más relevantes que durante tanto tiempo habían estado ostentando dentro de los distintos gobiernos y que por medio del Partido Carlista pretendían en cierto modo mantener sus privilegios.
El marqués dejó su cargo de representante regio en 1890, aduciendo motivos de salud, aunque muchos pensaron que en realidad el marqués estaba profundamente decepcionado por la crisis española tras la pérdida de las colonias y la propia situación del partido.
De 1913 a 1919 asumió de nuevo la jefatura del partido tradicionalista, esta vez al servicio de Jaime de Borbón, hijo de Carlos. Las consecuencias políticas de la Primera Guerra Mundial y el desconcierto que se vivía entre los grupos carlistas, junto a su deteriorada salud, le hicieron abandonar definitivamente la política.

Casa-Museo Cerralbo año 1920
Cuando inició su alejamiento de la política, el marqués se dedicó a sus muchas aficiones como la cría de caballos, y su gran pasión, el coleccionismo.

El Marques de Cerralbo, consagró parte de su vida a la crianza caballar, tratando de conseguir un tipo especial de caballo, logrando un caballo mezcla de pura raza inglesa y española.
Su yeguada de Santa María de Huertas en Soria tuvo mucha fama, alcanzando en el año 1882 el Primer Premio de la Exposición de Madrid. En 1902 presentará su nuevo ejemplar que ganaría los primeros premios de Madrid y Barcelona.

Vista actual del Museo Cerralbo con la Torre de Madrid al fondo
Durante años, el marqués de Cerralbo había viajado por una veintena de países, donde gastó verdaderas fortunas en adquirir obras de arte con destino a su colección particular. En 1883, los hijastros del marqués de Cerralbo habían adquirido un solar de la calle Ventura Rodríguez, que posteriormente cederían al marques para levantar un palacio donde pudiera guardar su rica colección de arte. Fue el propio marqués quien diseñó el edificio y el pequeño jardín, y fueron los ejecutores del proyecto los arquitectos Cabello Lapiedra, Sureda y Cabello y Asó, y su decorador José Soriano Fort.

Vieja estampa del Museo y la calle Ventura Rodríguez
La calle Ventura Rodríguez se encuentra en el Barrio de Arguelles que recordaremos se construyó en los antiguos terrenos del Real Sitio de la Florida propiedad de Calos IV.
Con el tiempo, la Montaña del Príncipe Pío se segregó de la Florida. En la parte Sur quedaba la Montaña y en la parte Norte, la Florida. En 1831, Fernando VII cedió la Montaña del Príncipe Pío a su hermano el infante Francisco de Paula que la convirtió en parque público con paseos y jardines. Entre mediados y finales del siglo XIX se construyó en sus terrenos el barrio de Argüelles.

Museo Cerralbo en la actualidad, las vías de los tranvías han dejado paso a los coches
El marques se dedicó también a la investigación histórica y arqueológica, disciplinas en la que destacó y por la que fue elegido miembro de la Real Academia de la Historia, y más adelante formaría también parte de la Real Academia Española y de la de Bellas Artes de San Fernando.
Debido a su gran prestigio en el campo de la arqueología, el Ministro de Instrucción Pública, Amalio Gimeno, invitó al Marqués a participar en el debate del Senado sobre el proyecto de la Ley de Excavaciones de 1911, cuya promulgación limitó la salida del país de objetos artísticos y arqueológicos.

Detalles de la fachada y escudo de los Cerralbo
El 27 de agosto de 1922 falleció en su palacio de la calle Ventura Rodríguez, donando todos los hallazgos arqueológicos y paleontológicos al Museo Arqueológico Nacional y al Museo Nacional de Ciencias Naturales y creando, también por disposición testamentaria, el futuro Museo Cerralbo, constituido por el palacio y las colecciones artísticas que reunió a lo largo de su vida.

Tapices del Museo Cerralbo
Antes de su muerte, el marques tubo que sufrir dos grandes pérdidas: Primero la muerte de su esposa, Inocencia Serrano y Cerver, marquesa de Cerralbo, fallecida el 21 de junio de 1896. Más tarde fallecerá su hijastro y amigo, Antonio del Valle, marqués de Villa Huerta, literato distinguido y hombre de vasta ilustración.
Estos acontecimientos harán que el Palacio Cerralbo permanezca cerrado ocho largos años y el histórico blasón labrado en piedra de la fachada oculto bajo un paño negro en señal de luto.
  
Casa-Museo Cerralbo principios del Siglo XIX
           La casa-palacio de los Cerralbo, se construyó como residencia habitual de los marqueses y con el fin de disponer de espacio para depositar las colecciones de arte y antigüedades que habían reunido a lo largo de su vida. El edificio, se construyó como ya hemos indicado, en el moderno barrio de Argüelles, en un solar de 1709 m2, con fachada a las calles Ferraz, Ventura Rodríguez y Juan Álvarez de Mendizábal. Los arquitectos, Alejandro Sureda, Luis Cabello y Asó y Luis Cabello Lapiedra, trabajaron sucesivamente desde 1883 siguiendo las directrices del marqués de Cerralbo hasta el fin de los trabajos en 1893.
El estilo arquitectónico de la fachada responde a las corrientes clasicista,  historicista y otros movimientos de la época, alternando piedra y ladrillo. Cada una de las fachadas está dividida en tres cuerpos articulados por pilastras que ennoblecen los cuatros torreones del edificio.


Siguiendo las pautas de los hoteles franceses contemporáneos, la distribución interior se desarrolla en torno a un patio central. Las estancias se distribuyen según el criterio decimonónico, por un lado las habitaciones privadas en la planta entresuelo y por otro, salas y salones de recepción en la planta principal, acogiendo la última planta los archivos y áreas de servicio, mientras que los espacios destinados a servicio doméstico como cocinas, despensas y cocheras, se alojaban en el semisótano.
Las obras de construcción y acondicionamiento duraron más de diez años, pero tras ellas se vio terminado uno de los más bellos palacios de la capital, que fue durante años uno de los centros neurálgicos de la vida social madrileña. El palacio, contaba con un salón de baile de estilo Rococó, un comedor de gala y una biblioteca con más de diez mil volúmenes.
El jardín que podemos contemplar en la actualidad corresponde una reinterpretación reciente, basado en un boceto del propio Marqués del jardín romántico de estilo inglés o paisajista del siglo XIX, ordenado en torno a un estanque central. En él se sitúan esculturas de seres mitológicos, fauna y bustos de emperadores romanos.

Jardines del Museo Cerralbo
El templete-mirador fue proyectado por L. Cabello y Asó en 1891, con planta hexagonal de dos pisos; el superior, abierto a modo de belvedere, se adorna con columnas clásicas y bustos escultóricos intercalados.

La frescura del Jardín
Uno de los proyectos que no pudo realizar el marqués fue construir una nave de dos plantas en la zona del jardín, desde el Salón Estufa hasta el templete. Aquella idea, cuyo proyecto fue redactado por el arquitecto Sr. Ortiz Villajos, tenía como finalidad ganar espacio para albergar la  numerosa colección de obras de arte. Nunca se llevó a cabo la obra debido al fallecimiento del marqués y del arquitecto.

El Museo Cerralbo, mantiene casi intacta su estética de época, con gran acumulación de muebles, antigüedades y pinturas, dispone de amplios salones para las colecciones más relevantes y espacios más reducidos para la vida cotidiana. Actualmente se conserva casi íntegra la decoración de la planta principal, que incluye un esplendido salón de baile, mientras que las estancias más privadas sufrieron cambios debido al paso de los años. No obstante, han sido recuperadas con mobiliario original y otras antigüedades adquiridas en fecha reciente.


La fabulosa colección que hoy podemos contemplar, fue el fruto de los múltiples viajes realizados por el marques por toda Europa en compañía de su familia, visitando museos y adquiriendo obras de arte, reuniendo así una magnífica colección que, sumados a la colección numismática, fondos bibliográficos y documentos antiguos, supera las 50.000 piezas. Por la calidad y diversidad de géneros que abarca llegó a considerarse entonces la colección privada de arte más completa del país, a su formación contribuyeron notablemente su esposa, doña Inocencia Serrano y Cerver, y los hijos de ésta, Antonio y Amelia del Valle y Serrano, marqueses de Villa-Huerta.


Armería, Arqueología, Cerámica, Dibujos, Estampas, Escultura, Fotografías, Libros, Medallas, Mobiliario, Monedas, Pintura, Relojes, Tapices y Catálogos, confieren un encanto especial al palacio, que con un poco de imaginación, nos trasladan a lo que fue la vida aristocrática de finales del siglo XIX.
A todos los objetos de arte adquiridos en distintos lugares de Europa había que añadir también algunas piezas arqueológicas de primer orden, pues en los últimos años, el marqués había desarrollado especialmente su afición por la ciencia de la arqueología, promoviendo y sufragando distintas excavaciones en varios yacimientos españoles.

Salón de baile
Una vez descubierta la pólvora, las armaduras de tiempos feudales perdieron su valor defensivo, hecho que propició las colecciones privadas de la nobleza. El Museo Cerralbo contiene aproximadamente 700 piezas procedentes de todas las partes del mundo.
El Museo, nos muestra una colección de armas de fuego, como arcabuces, fusiles, escopetas y pistolas, fiel reflejo de la evolución de estas armas a través del tiempo, especialmente del siglo XVI al XIX.
Por último, destacar las armaduras de guerra procedentes del Japón del siglo XVIII, compuestas de cobre, cuero lacado y cintas de colores. Se trata de armaduras de distinción que pertenecieron a samuráis.


En el apartado de cerámica, destacar pequeñas esculturas, jarrones, cajitas, piezas de vajilla y otros muchos elementos realizados en cerámica, porcelana y cristal elaboradas prestigiosas fábricas como: Manises, Talavera y Puente del Arzobispo, Sèvres, Wedgwood, Meissen, Buen Retiro, además de elementos procedentes de China y Japón.

Numerosas esculturas de bronce, alabastro, mármol y granito adornan interiores y marcan los senderos del jardín.

Esculturas del museo
Como ya indicamos en la breve biografía dedicada al marques, una de sus aficiones más destacada, era la numismática. En el Museo se encuentran más de 23.000 piezas, de las cuales una parte pertenecen a los hijos políticos, identificables al llevar las iniciales VH de Villa Huerta delante del número de inventario. En colección, podemos apreciar el interés del marques por la Historia, con monedas de distintas épocas y de la mayoría de los países del mundo.
Monedas del Museo

Los relojes que reunió el Marqués de Cerralbo en su colección son de una tipología muy variada, aunque todos ellos de las relojerías inglesa y francesa de los siglos XVIII al XX. Los relojes están distribuidos a lo largo del palacio en sus distintas habitaciones, colocados sobre consolas, chimeneas o mesas.

Relojes del Museo Cerralbo
La decoración de cada sala y espacio refleja la posición social de los marqueses. El recorrido por el museo permite descubrir las modas en decoración de salas de confianza, salones de aparato, salas de diversión, de estudio, comedores y estancias íntimas a través de distintos tipos de chimeneas, mesas, espejos, consolas, vitrinas, espectaculares lámparas, tocadores o armarios. En las habitaciones destinadas a encuentros y tertulias, destacan veladores, mesas, sofás, sillas y sillones, aparadores y consolas.

Vitrina del Museo Cerralbo
Por último en este pequeño recorrido por el museo, destacaremos el apartado de la pintura.
Durante el siglo XIX y debido a las continuas guerras y desamortizaciones de los bienes de la iglesia y la ausencia de medidas proteccionistas supusieron la salida al mercado de gran cantidad de piezas de arte comercializadas por las casas de subastas y anticuarios, obras de arte españolas, francesas y españolas.
La afición por la pintura que tenía el marques, le llevaron a visitar las casas de subastas con el fin de adquirir una serie de obras de grandes maestros de la pintura española, italiana o flamenca como Zurbarán, Ribera, Tintoretto o Van Dyck.

Aquelarre de Leonardo Alienza y Nieto
Dentro de la pintura española destacaremos una Virgen de Zurbarán, San Francisco de El Greco, La conversión de Saulo de Juan Antonio Frías y Escalante, una Piedad de Alonso Cano.
Merece la pena contemplar las decoraciones murales de varias estancias, como el techo del fabuloso salón de baile, pintado por Máximo Juderías Caballero, los espejos y dorados amplifican su grandiosidad y dispone para los músicos de una tribuna en forma de balcón.

Francisco de Zurbarán y Van Dyck
La pintura italiana cuenta con especial protagonismo, destacando obras de los siglos XVI, XVII y XVIII. A destacar dos retratos: Uno de Alejandro de Médicis, pintado por Bronzino y el Retrato de Agostino Doria de Tintoretto. Destacar también grandes lienzos de Girolamo Muziano y Palma el Joven, bodegones de Giovanni Battista Ruoppolo y Giuseppe Recco.
Las demás escuelas europeas cuentan con una presencia muy inferior, aunque se pueden citar un retrato de María de Médicis atribuido al taller de Van Dyck, y una obra de Frans Snyders, Puercoespines y víboras.

Giuseppe  Recco
El marqués de Cerralbo donó al Estado este patrimonio instituyendo el Museo Cerralbo, con el fin de que sus colecciones perdurasen siempre reunidas como base para el estudio de los aficionados a la ciencia y al arte. El Estado aceptó el legado testamentario recogido en Reales Órdenes de 10 de abril y 24 de septiembre de 1924.
Diez años después se constituyó la Fundación Museo Cerralbo (O.M. de 22 de marzo de 1934). El edificio fue inaugurado como museo en 1944. Las obras de adecuación a sus nuevas funciones y ampliación estuvieron a cargo del arquitecto Guillermo Diz Flores. En 1962 fue declarado Monumento Histórico Artístico. Dos años más tarde experimentó una nueva intervención a cargo de Fernando Chueca Goitia.
Sometido el palacio a obras de modernización desde verano de 2006, su reapertura se demoró varias veces y finalmente tuvo lugar el 14 de diciembre de 2010.
Actualmente, es un museo de titularidad estatal y gestión directa del Ministerio de Cultura, dependiente de la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales. Consta de 37 estancias distribuidas entre el Zaguán de entrada, la Escalera de Honor, los pisos Entresuelo y Principal, y el Jardín.

Hemos realizado con este trabajo una pequeña aproximación al Museo Cerralbo, tratando de despertar la curiosidad de cualquier visitante que se sienta atraído por el arte, a partir de este momento, os toca a cada uno de vosotros descubrir todo su encanto.
Para los que no tengan la posibilidad de realizar una visita personal al Museo, ó prefieran ampliar los conocimientos sobre el mismo, les recomiendo entrar en la Página Oficial del Museo Cerralbo
http://museocerralbo.mcu.es/laCasaMuseo/historiaDelMuseo.html

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